jueves, 31 de marzo de 2011

Continua: Cuentos de provincia "El treinta_treinta" juev.31_III_2011

En el marco de la puerta, después de aquella mujer que entró como protegiéndolo. El se vió tal cual la figura de un espantapájaros en fin de año, cuando su presencia sirve para nada. Con el sombrero entre las manos, el cuerpo flojo, los ojos rojos de llorar, y aquél bigote ahora se le miraba ridículo, porque contrastaba con la bravura que le pareciera, por su corte. Aquella figura gallarda y hasta altanera, que yo había visto portando al hombro una retrocarga; no tenía ninguna comparación con el espantapájaros deshecho que con la negrura de la noche se recortaba su figura en la el marco de la puerta. 
__Buenas noches__ Dijo aquél hombre con voz ronca, apenas entendible.
__Vengo a pedirles perdón, por todas las injurias y faltas de respeto, señor don Javier; a tí Luis, por todas las tonterias que te dije allá en la compuerta. A toda la familia, vengo a pedirles perdón, y por todo lo que les debe nuestra familia, y pues__ Limpiandose con la manga de la chamarra las lágrimas que resbalaban por sus cachetes__ No crean que chillo porque no sepa afrontar mi responsabilidad, sino que chillo porque me dejé llevar por las ideas de mi hermano. Allí está la fregadera; que por eso hicimos lo que hicimos, y ora el está muerto y ya nadie lo puede revivir. Todo por hacerle caso. Hasta ora que el está muerto me doy cuenta de todo lo bueno que ha sido usted con nosotros, y nosotros tan mal agradecidos con ustedes. Nunca olvidaré cuando me hizo favor de no dejarme ir de bracero al otro lado, prestándome también dinerpo para seguirla pasando, y volver a comprar semilla para sembrar, en vez de comprarme los terrenos como yo se lo ofrecía, que si lo hubiera hecho así me desgraciaría para siempre. Tampoco podemos olvidar cuando el año pasado le compró a mi hermano el zacate, poruqe era todo lo que había en su milpa, porque no se logró el maíz, y usted se lo pagó como una cosecha, cosecha, que a usted solo le serviría de pastura para sus animales.
__¡ Eso es harina de otro costal! __ Dijo mi papá__ ¡Yo se porqué lo hice! Lo que que me interesa ora es el caso de Macrino ¿Qué pasó?
_ Pues nada, señor Javier__ Dijo avanzando cuatro pasos y quedando ahí parado frente a nosotros__ Que  todo empezó cuando mi hermano...
NOTA: continuará en proxima entrega del cuento.
Gracias por leerme nuevamente: alberto trejo juárez 

miércoles, 30 de marzo de 2011

CUENTOS DE PROVINCIA

" El TREINTA_TREINTA"
De: alberto trejo juárez
Por ahí de las ocho de la noche, cuando acabábamos de llegar de Tula. La Rosa, la muchacha que le ayudaba a mi mamá con las labores de la casa, entró diciendo que allí estaba la mujer del Macrino, que quería hablar con nosotros; que venía llorando. Mis padres dijeron que la dejaran pasar. Fue cuando me llamaron, porque yo estaba tirado sobre la cama.
__Señora "Luchita", señor don Javier ¡Perdónelos a mi marido y a mi cuñado! ¡Por lo que más quieran! No por obligacion de gente, sino por la obligacion divina__ Dijo aquella mujer llorando__ porque ya mi marido está siendo juzgado de todas sus malas obras por Dios nuestro señor; y mi cuñado está muy arrepentido de lo que pasó con el joven Luisito. El mismo se lo puede decir. Está allá afuera esperando a que den su consentimiento para poder entrar.
__A ver, a ver. Vamos por partes__ Dijo mi papá__ ¿Cómo es eso de que ya está juzgado por la ley divina? Si apenas ¿Qué hará?  Tan solo unas cinco horas, entre los dos montoneros querían matar a mi muchacho. Por poco lo logran. Para que ora vengas tu mujer con ese cuento de que :" Ya está juzgado por Dios". Eso si te lo advierto, mujer,que si es una tomada de pelo; ora si no voy a tener consideraciones con nadie.
__ No señor Javiercito, le juro por nuestra virgen santísima, que también fue madre; que es cierto. Ya no tengo esposo ¡Está muerto! ¡ Está muerto!__ Y seguía llorando como arrepentida de lo que ella no había hecho. Tal vez si, haverse casado con aquél sujeto.
__ Bueno pues, díle a tu cuñado que entre__ Salió ella inmediatamente para traer al chacal aquél__ Vieja, pásame la pistola, no vaya a ser otra de esos__ Lo cual mi mamá obedeció...
NOTA: continuará en otra entrega.
Gracias por leerme nuevamente: alberto trejo juárez