sábado, 30 de abril de 2011

Continua: " LA ORDEÑA"

Le dejó los dos terrenos, el de "el plan" y el de "dos ríos". Hora que lo pienso yo tuve la culpa en mucho de  las calaveradas que le hizo a la gente del pueblo, y yo sin darme cuenta. Digo que yo, porque siempre al verlo tan jodido, que siempre andaba yo aconsejándole: Que haz esto, que, haz lo otro y él lo hacía pero agrandado, a su modo y estilo. Yo si lo pendejeaba mucho, al fin un iletrado como yo, pero creo que más, el solo estudió hasta el primer año y dejó la escuela según me ha platicado.
Un día, hace poco: "Aquilino ¿ya viste que están abriendo una sepa?" Le dije "¿Para qué Gastón?" " Cómo, para qué ¿Que no eres tu el comisariado ejidal?"  "Si, pero no lo he vido" Hágame el favor, decía: "vido" todavía como mis abuelos, que eran de la época de la revolución, o de más antes. Así estuvo la plática de esa vez: 
__ Vete "al plan" allí están los de PEMEX poniéndole ganas a la escarbada  ya, y tu por acá sin saberlo, ándale vete y pídeles una "indeminización"__ Le dije y aquél sin preguntar más salió como quién lleva un cuete en la cola. Después el mismo me lo platicó con todos los detalles cuando al otro día me lo encontré
__¿Qué pasó Aquilino, allá en "el plan"?
__ Nada, que tenías razón, mi buen Gastón. Ya fui y hablé con los ingenieros que andaban echándole ganas al dese ¿teodolito? y a la regla para hacer trazos en papel para hacer la zanja y pasar el tubo del gas. Les dije: Señores vengo a pararles la obra. Yo soy el comisariado ejidal del pueblo y ustedes no me han pedido permiso, ni a mí ni al pueblo, ni a nadie para pasar su tubo ¿Qué quieren pasar por aquí?
__ Vamos a pasar un gasoducto para surtirle el gas al club Malinali Tenepan que se está terminando de construir aquí arriba del cerro del "lingandani" ( el cerro del venado)
__ Si señor ingeniero, yo se donde está el club del golf y dónde el cerro del lingandani.
__ ¿Como le hacemos señor comisario ejidal?
__ Pues hasta que no nos arreglemos con la compañía va a poder continuar sus trabajos, menos no__ Y tuvieron que irse después de darme el nombre de su jefe en la refinería. Al otro día temprano que me levanto y que voy  a la refinería. Primero me pusieron muchas trabas , como siempre, que: ¿Para qué lo quiere? Que está ocupado. Y que le digo al fulano aquél que me estaba preguntando, el policía: " Vengo a avisarles que yo les paré la construcción de la zanja para el gasoducto al club de golf Malinali Tenepan" " Pásele, pásele" Luego, luego me abrieron la puerta de la oficina. El cabrón de su jefe se portó conmigo como sedita, que don Aquilino por aquí, que por allá " Ustedes van a tener su "indeminización" , todo el pueblo y los ejidatarios dueños de los terrenos afectados. También saldrá la suya aparte, esa será personal.
   Es cierto, nos repartió a los diez ejidatarios, una lanita, creo que fue como de a cuatro mil pesos por cabeza y todos conformes... pero yo no quedé conforme porque, con el pretexto de ir a ver mis terrenos de "El plan" y el de " Dos ríos" ya lo andaba yo "ispiando"eso porque ya le había yo caído en una tranza que nos hizo. Él mismo me dijo que por seguro y ayuda al campesino le dieron, años atrás, cuatrocientos mil pesos y él nos conformó , para variar, a los diez que éramos de pleito con cuatro mil trescientos pesos por cabeza. En el momento nunca hice las cuentas y nunca le reclamé que él y el Higinio, que en ese entonces era el tesorero del pueblo. Éste salió más cabrón que el otro, porque en platica nos dijo: "Que se los fue a gastar en unas vacaciones a Acapulco. Pero yo se que poco más de trescientos mil pesos se los repartieron entre los dos, y nosotros sin saberlo para entonces. Pero yo tuve la culpa porque aquella vez le dije:"Aquilino ¿ya cobraste la "indeminización" que nos deben dar por el seguro al campesino y la ayuda?" " No, Gastón ¿ qué dan algo por eso" " ¡Si! no seas pendejo, ve y tramítalo a Pachuca" Si, se fue y nos dio la sorpresa pocos días después reuniéndonos "Ahí les traigo un dinerito" Nos dijo y nos reunió ese día para darnos su miseria, bueno, es que no estábamos enterados de la cantidad que nos correspondía y lo demás se lo pecharon.
Cabrón, y yo poniéndoselas todas como "peladitas y en la boca" siempre, y luego pensé: Y yo ¿qué me gano? Por eso es que le monté guardia con lo de PEMEX y fui descubriendo cosas que a mí no me parecieron raras , solo que ya no me invitaba a pasar a su dizque bodega, allá en "dos ríos" en donde aprovechó la brecha que hicieron las máquinas para abrir la zanja del gasoducto, que al fin pasó por su terreno. Eso si, ya él y su familia ya andaban muy estrenados de ropa y también compró una camioneta nueva, sacada de la agencia, la azul. La otra, la viejita se la malvendió a don Isidro por ocho mil pesos. Lo que sí se me hizo muy extraño con el tiempo, fue, que siempre que iba por ahí de las seis o siete de la tarde, miraba yo un camión de redilas cargado con cilindros de gas. 
__ Oye aquilino ¿porqué viene el camión del gas tan tarde a tu ranchito? 
__ ¿A qué pasa el camión del gas? ¿No a repartir? Pues este viene a dejarme el gas.
__ Y ¿hasta acá? No, a mí no me haces pendejo, tú te traes algo como siempre.
__ ¿Qué he de traer Gastón? Tu siempre "miras moros con tranchetes"
__ Pues yo no se pero... a mi no me gusta nada de lo que te está pasando desde que te aconsejé que fueras a pedir la "indeminización"  por la pasada del gas por nuestras tierras
QUÉ va de aquél hombre, que era él: de pantalón de mazclilla, zapato choclo, chamarras vaqueras, camisa de popelina comprado todo en la plaza, ah, y su sombrero. Ya empezaba con el tiempo, y con el pretexto de ir a Tula, a Pachuca a arreglar asuntos, ya iba con unos saquitos, digo saquitos, porque él era chaparro, yo creo que como de la estatura de un chamaco de la secundaria, y ya usaba botines. Ya empezaba a ponerse más abusado para contestar. Quería apantallar a sus pendejos, ya hasta hablaba con la voz fingida, como si hablara dentro de un tubo. Algunas veces me lo encontré en Tula, a él y su familia, al pasar yo por afuera de un restaurante, allí los veía comiendo "Oye Aquilino, me pareció verte en Tula en el restaurante Oaxaqueño ¿ Eras tú?" "No, no era yo" me decía y de a luego me cambiaba la conversación.
ME acuerdo que se puso necio en que el tubo cruzara por su terreno, a fuerzas; por el mío no, esto allá en "Dos ríos" a mi no me importó, al fin que ya había trato desde un principio que cruzaría por mis tierras de "El plan" que está antes de llegar al río pequeño del agua de manantial y pasar después para el otro lado del río de las aguas negras del desagüe de México D.F. El les llevó los trazos, garabatos en una hoja de cuaderno  pero, con líneas directo a su terreno y aunque así era más vuelta para llegar al club de golf, logró que los ingenieros desviaran el rumbo del tubo, para que pasara por sus tierras  y ellos sin saberlo, solo les dijo: "Por aquí es por donde tiene que pasar su tubo. Eso es lo que les dice el comisariado ejidal" Cuando el cabrón ya no era comisariado hacía dos meses. No si de que lo era, lo era...
OTRA vez veníamos el y yo, en el pueblo, bajando de ir a caminar para hacer ejercicio para que no se me engarroten las rodillas, el me acompañaba porque sabía que siempre le estaba aconsejando cómo llevar bien el puesto en la mesa directiva; de pronto, ya veníamos bajando por la calle principal, se detuvo y volteó  a ver la calle que ya dejábamos, la barrió con la mirada desde allá atrás hasta donde íbamos "¿Qué te traes, cabrón?" le pregunté "Nada, es que estoy viendo que por cuadra pasan uno o dos postes de luz y de cablevisión. Y pensé: Qué tal si estos cabrones nos pagan por pasar sus postes en el terreno del ejido..." "No seas pendejo, les dices...y nos dejan sin luz y sin televisión de cable. No, tu te estás volviendo loco con el puesto, eres un pendejo" "Bueno, yo solo pensaba..." "Que solo pensaba ni que nada"
   UN día que me alcanzó el camión del gas, allá en la brecha que ya decía yo que habían dejado en la construcción de la pasada del tubo aquél del gasoducto "Oiga usted ¿le trae el gas hasta acá  a Aquilino?" Le pregunté al chofer "Si ¿usted quiere que le traiga su gas por acá?" Me contestó el cabrón aquél, que hoy ya se que no era cierto "No, pues yo ni casa tengo por acá, en esta parte del ejido" Le contesté" Bueno, cuando la tenga ahí nos avisa ¿eh? y se lo traemos" Dijo y se arrancó yéndose bamboleando con su sonadero de tanques llenos de gas por la brecha aquella.
LO QUE no me cupo siempre en la cabeza: ¿por qué hizo una bodega encima de donde pasaba el tubo del gas en su terreno? ¿ por qué no la construyó cerca de su casa que estaba al principio del mismo terreno, no a mitad de la parcela? Sería que quería que las matas del maíz, ya crecido, le taparan la bodega aquella, a la vista de los que pasaran ¿Qué escondería?
__ Oye Aquilino ¿por qué hiciste tu bodega tan lejos de tu casa? ¿ Qué, andas escondiendo algo, o no quieres que la vea la gente que pasa por el camino de la brecha? Cabrón tan pendejo.
__ No Gastón, no soy pendejo, lo que hice fue ocupar mi terreno en donde pasó el tubo del gas. Antes les pregunté  a los de PEMEX si podía construir una cabañita de varas con lodo y láminas de cartón encima. Me dijeron que si, solo que no prendiera lumbre por ahí encima del tubo. Y la hice, solo la ocupo para guardar mis aperos, yugos, reatas y herramientas, nada más Gastón.
__ ¡ Ah vaya! yo creí que tu no aprendías por más que te lo diga uno.
__ No, si aprendo, y te lo agradezco Gastón que me "ahigas" aconsejado en mis cosas__ "Ahigas"... Y ya no hablamos más del asunto. Ese día me fui pero, le seguí montando guardia con el pretexto: de ir a regar mi alfalfa, de ir a regar la otra del otro lado de "el plan" porque esa la de "dos ríos" está muy cerquita de su casa y de su bodega en pleno campo, y se las mascaría que lo andaba vigilando; él es el único que se vino a vivir hasta por acá. Claro que ya con la camioneta que se compró ya no tenía problemas para llegar a la hora que sea...
EL TUBO del gas había recorrido de dos a tres kilómetros, por debajo de tierra, todo " el plan " después de conectarse en el tubo principal que pasa al lado de la vía del ferrocarril, después, lo pasaron por abajo del río de las aguas negras, por el pequeño río del manantial, por todos los ejidos de "dos ríos", que es donde los dos tenemos terreno, después cruzó el río de agua limpia que inicia en la presa Requena, subió la pared de lajas que tiene el mismo río y siguió su camino. Ya arriba, en "la mesa" con rumbo al club de golf; que es una preciosidad de fraccionamiento, con su vista allá abajo se miraba a todo lo largo las aguas de la presa y su compuerta, que sus lanchas, sus cerros al rededor y sus fraccionamientos encima de ellos. Las casas del club de golf con jardín al rededor, sus calles están hechas de cemento hidráulico, su lago muy grande y su cisterna de agua potable, un tanquezote de color naranja como de veinticuatro metros de alto. Puro riquillo vive allí con sus carros muy lujosos y grandes.
HORITA DICEN, bueno, yo no se, están comentando que vinieron los bomberos de PEMEX, los de Tula y también las cruces de allá mismo y de la misma petrolera, también vino su cruz roja. El caso es que hoy por la tarde me dije: "Vete Gastón a echarle un ojito al Aquilino, porque hay algo que no te ha confidenciado. Algo trae chueco y tú no te las haz mascado". Y me vine caminando , yo no tengo camioneta, y ya tan viejo y cansado como me siento me vine al paso, tanto, que ora tardo como una hora o más en recorrer los cuatro kilómetros que hay desde la casa  en el pueblo hasta acá; ese trayecto yo lo recorría en menos de una media hora, ora ya no; por eso hay voy al paso, camino al pasito y me detengo para agarrar fuerzas, pero yo hoy tenía un brete de saber en qué andaba este cabrón. Y cuál va siendo mi sorpresa que cuando me faltaba como un kilómetro para llegar a "dos ríos"...
"EL TUBO del gas había recorrido de dos a tres kilómetros, por debajo de tierra, todo ' el plan' después de conectarse en el tubo principal ..."
QUE veo una bola de fuego como de unos cien metros de alto! Era de color amarillo canario; en el centro del hongo, de color blanco, y todo su alrededor, a la orilla de color naranja y ya muy arriba subía el color negro. Hasta allá donde venía yo me llegó el calor que tuve que ponerme el codo doblado enfrente de la cara para taparme el calor. Después del sonido de la explosión, desde lejos se miraban volando en el aire los tanques caseros de gas, se miraban como puros encendidos y volando, muchos, tal vez cien de ellos, y algunos explotando también en el aire. Ya no llegué hasta el lugar; como me imaginé lo que había pasado, me regresé lo más rápido que pude y fui  a avisar por teléfono a Tula: "Que vinieran porque se había volado el gasoducto de "dos ríos" Pocos minutos después hay venían las cruces y los bomberos. Cuando llegué, otra vez de regreso hasta acá, lo que vi de cerca no me dejaba ni hablar: había un hoyote como de quince metros de profundo y en una extensión como de cincuenta metros al rededor, vamos, en círculo. La bodega había desaparecido, la casa había quedado como en las películas de guerra, toda balaceada por los tanques del gas. El camión quedó como a veinticinco metros de donde estaban cargándolo en la bodega, todo quemado y dentro del hoyote ese, que además lo alumbraba las llamas como si fuera un gran quemador. La llama alimentada por el gas subía como a una altura de veinte metros, y muy fuerte, se oía que silbaba por la presión del gas, y un calor que se sentía a esa hora... qué serían, las ocho de la noche. También la camioneta azul quedó por allá votada como si fuera de hojalata, toda iservible. Yo sabía que había muerto toda la familia, él, los macheteros del camión, el chofer y creo, casi estoy seguro, si, que también el Sabino; él fue el que yo creo le abrió la toma del gas sacada del gasoducto, en dónde hora caigo en la cuenta: como el fue bombero del agua del pueblo, el Aquilino lo metió en el negocio de ordeñar el gasoducto para llenar los tanques caseros de gas. ¡Qué casualidad! que desde que lo vi por acá por las tierras del Aquilino ya estaba progresando con una prisa... que daba miedo imaginar en qué estaba metido, hoy me doy cuenta en qué estaban metidos todos. Yo no puedo hacer nada, ni me acerco del todo, pueden decir que yo estaba de  acuerdo con ellos en sus tranzas del gas. Hora si que " Ya ni llorar es bueno"  Ya me voy, ahí los dejo trabajando  a los bomberos y a la cruz roja, a mí qué me importa. ya no le puedo aconsejar que no sea pendejo. ¡Yo ya me voy! ¿Qué hago aquí?
__FIN__
Gracias por tenerme calma en las entregas: altrejua (Alberto Trejo Juárez)      


 







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