jueves, 21 de abril de 2011

"Ofrenda"

... ¡Papá Porfirio! ¿cómo es que no lo conocí? Si, no lo conocí porque papá Evodio dice que a usted apenas si lo recuerda como en un sueño...Y míre hoy. ¡Hasta cuando lo vine a ver!...
Mi papá Evodio ha dicho que a usted le gusta el pulquito, el mole rojo, el verde, los frijoles bayos y también el tequila;fue el que me trajo aquí. Por eso estoy aquí , con ustedes, con toda la familia que nomás conocía por pláticas, viendolods por primera vez el dos de noviembre. Dicen que ustedes vienen a comer con nosotros.
Si, papá Evodio y mamá Caritina pusieron la comida para ustedes...
Me acuerdo que todos los años, en esos días nos quedabamos sin mesa. Teníamos que omer sentados en el piso y aumentaba nuestra hambre. Primero porque mi papá Evodio siempre andaba en "el agua" y mi mamá Caritinasiempre andaba tronádose los dedos porque no tenía para darnos de tragar. mis hermanitos y yo teníamos que tragar nada más que unos tacos de sopa vieja o d efrijoles a veces ya apestosos .¡AH! porque ella , a mi mamá, también le gusta el trago, pero no tanto comoa mi papá. Por eso es que ella siempre nos daba de comer lo qu epodía . Unas veces , lo que ya le dije y otras veces taco de sal. Ya que a mi papa´ siempre lo corren de sus chambas que porque le gusta el trago.
Mi hermanito Centurión , ése día se agarraba su pancita y se la restregaba con sus manitas, mientras los dos viejos borrachos, mi papá y mi mamá  roncaban como un bendito. Yo agarré, y fui y saqué agua del cantaro que siempre llenamos del manantial que está allá abajo de este pueblo de San Ildefonso, que es donde hora vivimos...Y le di agua a mi hermanito para que se le pasara el hambre. ¿Usted ya sabe abuelito Porfirio que nosotros vivimos ora en este pueblo? y ¿Sabe qué? Aquí no tenemos agua si no vamos a acarrearla de allá abajo de la cañada, que pasa en la orilla del pueblo. Hay que traerla en burro o en burra, como "la paloma" con la que vamos a traer agua mi mamá y yo. Mi mamá siempre viene quejándose de que hace mucho calor; ahí se anda quitando el sudor con su pañuelo todo lleno de hoyos. Ya cuando llegamos a la casa se tira en el petate, que porque tae mucho dolor de cabeza, y luego me dice:
__"San Miguel saca con un jarro  agua de los cantaros que cuelgan de los suderos de "la paloma"y de a poquito pasa el agua en el cantaro de la esquina del cuarto, para que esté fresquecita. Ándale hijito, porque yo me siento hoy rete mal . Mira cómo estoy sudando ¡Ah! y no te olvides de traerme un jarrito de pulque , si es que ya lo trajo tu padre y si no, pues me conformaré con uno de agua, pero ya que esté fresca"
__ Si mami__ Le digo yo, y si lo hago. Primero voy por el agua de la descargada de "la paloma" que muy mancita no se mueve, hasta que siente que ya no tiene los cántaros y que ya le quité los suaderos, luego, luego agarra camino para tragar cañuelas secas. Porque mi papá siempre le tiene su tragazón a " la paloma"  y como siempre ella traga mucha agua allá abajo, en el río, hasta que queda como si estuviera cargada con otra cría, traga hasta quedar bien panzona. De ahí que de beber agua ella no se preocupa.
¿No le he platicado, verdad, que también el día que comí mucho de su comida vi a mamá Macaria? Ella vino también a comer. Se comió su mole, unas enchiladas que ella misma se hizo con salsa borracha que mamá Caritina molcajeteó para ella . Se tomó también una cervecita, de las victorias, que nomás le dejó la espuma, abajo y arriba de la botella, toda inflamada de aire, de lo picosa que estaba la salsa molcajeteada que le hizo mi mamá. Yo no la conocía hasta el día dos que vino. La carita de mamá Macaria ya no tenía el color prieto que todos tenemos en la familia, y se puso colorada, colorada de sus cachetes, pareciera que le iban a reventar. Sus cabellos todos embarrados, dijo que por los años de estar en donde está __eso dijo__ los tenía todos blancos, ya no negros como la noche. A mamá Macaria__Y ora que lo veo a usted__ se le ve su ropa como vieja y polvorienta,así como la de usted, como si hubiera caminado muchos dias para llegar de visita este día , y en el camino se le hubiera ensuciado.
¡Ah! pero no le he dicho que cuando mamá Macaria llegaba se acababa de ir mi hermanito Torcuato, al que también conocí hasta entonces, y que dicen que fue mi hermanito mas grande que yo. El venía muy blanquito de su ropa . Venía con su pantalón de manta  muy blanca, su camisa de manta también blanca, con su ceñidor enredado a la cintura. Yo lo miré como a esos angelitos con alas que se ven volando allá en lo alto de la cúpula de la iglesia. A mi hermanito solo le faltaban sus alitas para ser uno de ellos . El casi no me habló. Solo se dedicó a comer dulce de calabaza y, ¡Qué chistoso! el pulque y la tequila ni los olió. Antes de irse se echó unos tragos de agua de un jarro de agua que le pusieron mis papás a él. Me dijo que yo le caía bien , que sabía que éramos hermanos pero que él no me había conocido al irse del pueblo. Yo le dije que yo también sólo lo conocía por los cuentos que nos contaban de él. Así llegó se fue , rápido. No se si tenía afuera un burro esperándolo, o qué. El se fue como llega la luz del sol por la mañana: en un abrir y cerrar de ojos, así como también se fue al final del día,así se fue de rápido Torcuatito. Me cayó muy bien. Él se parece más a mi papá que a mi mamá...
Torcuatito, me cayó muy bien. él se parece más  a mi papá que a mi mamá. aunque le hace falta el bigote que mi papá tiene y que él mismo nos ha dicho que es tan ralo como el de su abuelo Cuauhtémoc, al que no conoció pero del que le platicó el abuelo de su papá, al que también se lo habían platicado  otros abuelos, a los que también , otros abuelos anteriores se los habían platicado. Que todo fue verdad pero que ya tenía tantos años sus pláticas que ya eran como un cuento. Que eso fue desde que los hombres andaban encuerados, solo cubriéndose sus partes de pena, el pájaro, abuelito, quezque para que no les diera vergüenza ¿Usted conoció a ese abuelo Cuauhtémoc?... Si, ya sé que primero está comer  que platicar, viene tan de retirado que ...¡Cómale abuelito! mientras yo le platico.
Por ahí andan por la casa o por el terreno el abuelo Augusto y mi abuela Catalina, siempre muy juntitos; dicenn que ellos se fueron del pueblo al valle de las sombras. El venía con su sombrero de tornillo y con el barbiquejo agarrado a la barbilla; que asi como era él cuando vivía en el pueblo, como si fuera  a galopar se atoraba el barbiquejo. Ella, con su delantal y sus enaguas anchas y con todos los colores en su cara, de ojos de agua miel . Él, moreno, ojos color de garambullo, sin barba y sin bigote, quezque era lampiño. Tampoco a ellos los conocí, sino hasta este dos de noviembre.
Siempre, abuelo, casi nos estábamos muriendo de hambre pero, nomás llegaba el día primero y dos, y ya tenían todo preparado para recibierlos a ustedes. Eso hacen ellos cada año.Esta vez compraron papel de  china y como casi nunca estaban en su juicio los dos, papá y mamá, se pusieron a recortar el papel. Mientras el hacía eso , mi mamá hcía el mole, la salsa borracha en el molcajete que fué de su mamá Catalina, hirvió los frijoles en la olla de barro. Mi papá fué por el tequila y por el pulque y por la cerveza y ¡ Mire qué milagro! no le dió ni una probadita. Estaba juicioso, según le dijo mi mamá .De paso compró pan de ése que tiene una chichita en medio y de allí salen como brazos y los pies de una cruz, toda llena de azucar con colores: rosas, guindas sobre el color canela del pan . Al mole le puso la gallina abada que se bañaba con el polvo en el corral, entre las matas de organillo y los nopales shorgos y roñosos...
Mi mamá le quería presumir a sus visitas su mantel de cuadrillé blanco con bordado de grecas de colores al rededor, que ella misma hizo. Lo puso sobre lamesa la noche del día último de octubre, y encima de él toda la comida y la beberecua para ustedes, las visitas. ésa noche las tripas m egruñían como nunca, que me levanto y a la luz d elas seis veladoras; que empiezo a comer por ahí d elas, yo creo que en la madrugada, me dije:
__¿Por qué a ellos, que no los veo, les ponen mucha comida, mientras mis hermanitos y yo nos moríamos de hambre? Eso no es justo__ Me dije.
Y que me levanto. Y que me doy mi banquete: El día primero solo probé el pulquito para pasar los tamales que me comí con pollo y chile verde, ahí dejé las hojas que guardaban los tamales, las hojas se miraban como turrones de víbora.
Cuando mi papá se iba al otro día  ala chamba dijo:
__ Oye vieja, hoy si vinieron los angelitos. Mira comieron tamales y unos traguitos de pulque, porque le bajaron al garrafón .
Yo m etapé la boca con la mano y m emetí abajo d elas cobijas  para que no viera que me estaba riendo de él. ¿cómo que " habían comido los angelitos"?
El día dos, ah, pues al otro día, del día primero, casi en la madrugada, me levanté con mucho dolor de cabeza, por el pulquitode la noche anterior, del día de los niños difuntitos. esta vez tenía mucha más hambre que el día anterior. Y pensé:
__ Siempre trabajamos todo el año paar llegar a ver el día que parece fiesta. Pues resulta que no era fiesta para nosotros sino para ustedes.
 Vi la ofrenda, mis ojos, antes de decidirme, pasaron por todos lo ssantos, las fotos de ustedes , l acomida; el mole rojo con la gallina abada, que estaba muy a gusto acostada enmedio d elo rojo del guisado, con las patas abiertas y sin cabeza. ¿Ustedes s ecomen todo entero o en oedacitos? ¿Por qué estaba entera la gallina? Vi el gararfón de pulque con el que la noche anterior me pasé el tamal. También s ele atravesó a mi vista el tequil ablanco y transparente, con un gusano nadando en él. Los frijoles bayos, estaban fríos y tobavía  parados, sin guisar. La salsa borracha d echile guajillo y pasilla. Vi lacala.
La salsa borracha de chile guajillo y pasilla. Vi la calabaza en dulce y arriba, alumbradas por las veladoras, las ventanitas de papél china de colores: amarillo, verde, violeta, rojo y azules colgadas de un mecatito de ixtle. Allí estaban las fotos de todos ustedes y como que se movían con las llamas que encerredas dentro de los vasos parecían llamarme.
...¿ Por qué, si todo el año nos jodemos trabajando para que éstos días a ellos, que ni me acuerdo bien de  ellos y a otros que ni conocí, les pongan el banquete, y nosotros muriéndonos, casi de hambre?... pensando esto y cortándole las piernas a la gallina, le arranqué una primero. Cuando me la terminé le arranqué la otra, y para pasarmela en el gañote abrí la botella de tequila, echándole los primeros tragos, que ni me gustó, pero después de esos primeros tragos con el mole me sentí más a gusto, y le seguí bajando  al tequila. Alegre como si fuera día de fiesta empecé a sentir adentro d emi cabeza que los pensamientos se me subíeran a los caballitos de la feria, y dieran vueltas y más vueltas. Me dió mucha alegría, pero calladito, y como si hubiera subido a todos lo sjuegos de la feria, me sentía mejor que eso. Ya despues no supe más, ni vi más, no me acuerdo qué hice...
Hoy he estado oyendo que llevo tres días dormido por la tragazón que hice. ¿Que medió, qué ? ¿Congestión ?No sé. Ora lo que no quiero es despertar . Porque nomás pienso en la chinga que me van a dar si se me ocurre despertar.
¡ Papá Porfirio no se vaya, defiéndame de la chinga que me van a dar! ¡NO se vaya! ¡Por Diosito no se  vaya!...
ES TODO, ojalá y les haya dejado buenos instantes de lectura. Yo seguiré enviando a blogger nuevos cuentos.
Gracias por leerme:altrejua.   

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